Una historia para quitar el sueño. ( Fernanda Alfaro - Kiare Andía)
El verano pasado, precisamente el 21 de Enero, luego de una
larga pijamada con mis primas me quedé viendo series hasta las 4 de la mañana.
Todo iba bien hasta que sentí los pasos de mi papá y supuse que venía a decirme
que ya era hora de dormir. Para mi sorpresa tardaba en llegar y de repente,
mientras estaba mirando mi celular sentí como la silueta de una persona pasaba
hacia la pieza de al lado, me asusté pero no le presté atención porque quería
convencerme de que no había visto nada , luego de unos segundos seguí
escuchando los pasos dentro de la pieza, y la muralla que nos divide empezó a
crujir levemente junto con los pasos.
En ese momento me armé de valor, me levanté y fui en
dirección a la pieza de al lado para verificar quién o qué era, pero allí no se
encontraba nada ni nadie, me asusté y por eso decidí volver a mi pieza e ir a
dormir para poder terminar rápido con dicha situación.
Me costó bastante trabajo conciliar el sueño y cuando por
fin lo logré, solo tuve pesadillas y una de las peores noches del verano.
Otra explicación que le podemos dar a lo ocurrido, es que
mientras veía mi serie me quedé dormida y todo lo que pasó fue parte de un
terrorífico sueño, pero no concuerda porque cuando estaba viendo la serie me
encontraba con la luz encendida y al día siguiente cuando desperté estaba
apagada.
Nuestra última opción y la más convincente es que mis primas
pequeñas que estaban de visita, se levantaron en la noche para hacerme una
broma, en donde tomaron los zapatos de mi papá y una de ellas caminó por
enfrente de mi pieza para luego esconderse en el closet, de hecho saben que soy
fácil de asustar y es probable que por eso lo hayan hecho. Esta especulación
es porque mis padres durante la noche
también sintieron a mis primas levantarse y al día siguiente mi mamá me dijo
“¿Por qué sentí ruidos que venían de tu pieza anoche, si deberías haber estado
durmiendo al igual que tus primas?” (M. Tapia, comunicación personal, 21 de
enero de 2020). Y ahí fue cuando me di cuenta que habían sido ellas, pero al
preguntarles se negaron rotundamente, por miedo a que mis padres las
amonestaran y le contaran a los suyos. Hasta el día de hoy no supe qué fue lo
que pasó.
Yo Kiare puedo rescatar que no todo es lo que parece, ya que puede haber una explicación científica detrás de las situaciones y además no debemos permitir que nuestra mente nos engañe. Afortunadamente a medida que vamos madurando, empezamos a buscar explicaciones y por ende a entender lo que sucede en nuestro entorno.
Yo Fernanda me aferro a que los pensamientos erróneos que
tenemos cuando estamos bajo situaciones que nos asustan pueden llegar a ser
peligrosos e innecesarios, puesto que tenemos la capacidad para razonar y no
dejarnos influenciar por cosas irreales, sin antes usar la lógica.
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ResponderEliminarPersonalmente la considero buena e interesante junto a los argumentos los encuentro bastante válidos.
ResponderEliminarValentina Acevedo 3ro Medio B.
Me gustó mucho, estuve todo el momento atenta a lo que iba pasando. También concuerdo con el pensamiento de mis compañeras.
ResponderEliminar-Antonia Navarro, 3ro Medio B.
Estoy de acuerdo, en situaciones de pánico y miedo la mente se cierra a buscar una respuesta más lógica a la situación, por lo que comúnmente se asimilan los sucesos vividos a algo paranormal.
ResponderEliminarBelén Araya 3ro A